Sigue siendo lo mejor que ha rodado Guillermo del Toro junto a ‘El Laberinto del Fauno’.

Consigue apartarse de los lugares comunes que caracterizan a este tipo de cine, surgido en los últimos años, y hacer algo distinto, más visceral, más crudo y violento. Desde el momento en que aparece el personaje de Antonia Zegers, la película levanta el vuelo y ya no aterriza.